lunes, 23 de junio de 2014

Ya estamos en verano: Trucos para evitar las rozaduras en los pies

Con el buen tiempo llega el momento de sacar del armario esos zapatos y sandalias de verano tan bonitos que nos compramos el año pasado o estrenar las últimas novedades con las que nos hemos hecho este año pero seguro que la idea de que nos hagan rozaduras nos hace pasar un mal rato incluso antes de que nos los hayamos puesto.
Pero las rozaduras son evitables, hay algunos trucos muy sencillos que ayudan a evitar que se produzcan y que podamos disfrutar de nuestros zapatos nuevos sin sufrir porque, aunque hayamos echado un cargamento de tiritas en el bolso, no conseguiremos nada ya que las tiritas ni evitan ni alivian el dolor más allá de los primeros momentos cuando están recién puestas pero en cuanto damos un paso se despegan y van colgando por el borde del zapato o se arrugan y se cuelan dentro.
Talla correcta:
Aunque puede parecer obvio, el número de zapato que usamos no tiene porqué ser siempre el mismo, dependerá de cada fabricante así que es muy importante probarse bien el zapato, que los dedos no lleguen a tocar la punta del zapato. Y probarse los dos zapatos, ya que siempre hay diferencias entre un pie y el otro, y coger la talla que mejor se adapte.
Medias plantillas:
Como suele ser muy común que un pie sea más pequeño que otro, es preferible comprar el zapato que se adapte al pie más grande y luego podemos usar una media plantilla para ajustar el otro zapato al pie más pequeño.
Crema hidratante:
Aplicando un poco de crema de manos o corporal dentro, en los bordes y costuras del zapato, especialmente los de piel que son más duros, ayuda a que se reblandezcan y se adapten mejor a nuestro pie. Como si de nuestros propios pies se tratara, hay que frotar hasta que la crema quede bien impregnada.
Horma:
Si vemos que el zapato es muy estrecho y es probable que acabe haciéndonos daño, mejor es prevenir que lamentar y si lo llevamos al zapatero, éste tiene un aparato llamado horma, donde se introducen los zapatos durante varios días para ir abriéndolos a lo ancho.
Congelador:
Si nos hemos dejado llevar y, al final, hemos comprado el zapato un poco estrecho, lo primero que podemos hacer es llenar una bolsa de las que venden para congelar alimentos y llenarla de agua hasta la mitad y cerrarla bien. La metemos dentro del zapato en la parte que te quedaba más ajustado y lo metemos en el congelador.
Al congelarse el agua aumenta de tamaño, con lo que ayuda a que el zapato de de sí, y la humedad le hace más maleable. Hay que ponérselo nada más sacarlo del congelador para que se adapte al pie y coja la forma deseada.
Papel de periódico:
Otro truco para ensanchar un zapato es darle crema hidratante por dentro y meter bolas de papel de periódico humedecidas hasta que el zapato esté bien lleno y se dejan así un par de días antes de ponérselo o hasta que nos los vayamos a poner.
Agua o alcohol:
Se trata de humedecer con agua (mejor caliente) o alcohol la zona del zapato que nos roza y ponerlo hasta que se seque y se haya dado un poco de sí.
Este truco sólo vale con zapatos de piel pero hay que tener mucho cuidado porque si es una piel muy porosa, el agua o el alcohol pueden dejar marca.
También podemos recurrir a unos sprays especiales que venden en las zapaterías para ablandar los zapatos y adaptarlos a cada pie. Después de echar el spray hay que ponerse los zapatos con calcetines durante media hora como mínimo para que cedan.
Usarlos antes para andar por casa:
Si nos hemos comprado unos zapatos para una ocasión especial, además de probar otros trucos, también es fundamental usarlos algunos días antes para andar con ellos por casa. De esta manera, el pie se adapta al zapato y si hay alguna zona más «comflictiva» podemos ponerle remedio antes del día D.
Anti-rozaduras:
En las farmacias y parafarmacias hay cremas protectoras que proporcionan una película con el efecto de una segunda piel o un poquito de vaselina antes de ponernos los zapatos tienen también un efecto preventivo.
Pinkies:
Como llevar calcetines en verano puede ser un verdadero suplicio, siempre se puede recurrir a los clásicos pinkies que usaban nuestras madres y abuelas. Hoy en día los hacen de forma que se puedan usar con casi todo tipo de zapatos y sandalias y hasta con almohadillado para aliviar las zonas que más se sobrecargan. Además de proteger hacen que, al contrario de lo que puede parecer, el pie vaya más fresco porque absorben la humedad y el sudor.
Plantillas de silicona o servilletas de papel:
Las medias plantillas de silicona para el talón hacen que éste se eleve y el zapato deje de rozar aunque si estamos en la calle, notamos que nos roza el zapato y no tenemos dónde comprar plantillas, unas cuantas servilletas de papel bien dobladas y colocadas en el talón tiene el mismo efecto y siempre podremos encontrar servilletas de papel en cualquier bar.
Hidratar los pies:
Al igual que hay que preparar el calzado, nuestros pies no deben ser menos, un poco de crema hidratante o vaselina en las zonas más susceptibles de sufrir el roce del zapato ayuda a que el pie esté preparado.

martes, 10 de junio de 2014

¿Conoces realmente la importancia que tiene el uso de protectores solares?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar un estudio en el que se alerta del peligro que supone la exposición de la piel sin proteger al sol.
   Más de 60.000 personas, menores de 59 años, mueren cada año a causa del cáncer de piel y en España cada año se detectan 5.000 nuevos casos, de los cuales 1 de cada 5 fallece. Los casos de cáncer de piel detectados son provocados, en su gran mayoría, por una excesiva  exposición solar, por eso es muy recomendado el uso de cremas solares para la piel, a pesar que un 98% de la población se los aplica, sobre todo en la época estival.
Pero ¿somos realmente conscientes de los efectos que tiene el sol sobre nuestra piel? Desde los años 90, hemos ido tomando conciencia de lo importante que es cuidar nuestra piel frente al sol. Todos estamos acostumbrados a aplicarnos la crema solar cuando vamos a la playa o a la piscina, básicamente porque es la época en la que más riesgos tiene la exposición a los rayos UVA, pero esos rayos también están presentes durante el resto del año. Los líderes en protección solar mundial consideran que tienen como deber el reducir esas cifras, por eso recomiendan el uso de los protectores solares durante el resto del año.
DIEZ CONSEJOS PARA EXPONERTE AL SOL CON TOTAL SEGURIDAD:
  1. Aplicar el protector solar antes de la exposición al sol y renovar frecuentemente su aplicación, sobre todo después de cada baño.
   2. Exponerse progresivamente al sol y evitar la exposición solar entre las 12 de la mañana y las 16 de la tarde.
   3. Evitar las sesiones bronceadoras con lámparas de rayos UVA, ya que contribuyen a la aparición de cánceres cutáneos y aceleran el envejecimiento cutáneo.
   4. En niños menores de 3 años, limitar la exposición solar a los extremos horarios, principio de la mañana o final de la tarde y protegerles con un fotoprotector de alta protección a fin de preservar el mayor tiempo posible su capital solar. En efecto, la piel conserva la memoria de todas las radiaciones recibidas durante toda la vida. Cuanto más importante ha sido la dosis de radiación recibida, mayor es el riesgo de aparición de cánceres en la edad adulta.
   5. No olvidar que también puedes quemarte realizando cualquier actividad al aire libre: montando en bicicleta, paseando, realizando deporte, en el jardín... En todas estas ocasiones aplica un fotoprotector. 
6. Hay que tener en cuenta aquellas circunstancias que comportan un riesgo suplementario o una falsa seguridad: altitud, nubosidad, superficies reflectoras (nieve, arena, hierba, agua), viento fresco...
   7. Protéjete con gorra y gafas de sol con cristales homologados capaces de filtrar los rayos UVA y UVB. A los niños, además, protéjelos con una camiseta seca y opaca: una camiseta mojada deja pasar los rayos UV.
   8. Sécate bien después de cada baño. El *efecto lupa* de las gotas de agua favorece las quemaduras solares y disminuye la eficacia de los protectores solares aunque éstos sean resistentes al agua.
   9. Beber agua en abundancia y frecuentemente. El sol deshidrata nuestro organismo. Hay que vigilar sobre todo a las personas mayores, cuya sensación de sed está atenuada y a los niños, cuya necesidad de agua es importante y sus centros de termoregulación son todavía inmaduros.
   10. Si advierte que una peca o lunar cambia de forma, tamaño o color consulte a su dermatólogo.
En nuestra tienda online encontrará los siguientes protectores solares:
http://www.cremasyherbolario.es/cremas-protectores-solares-mujer/424-crema-solar-facial-alta-proteccion-spf30.html